Cuando hablamos con los clientes respecto a las necesidades legales que requiere su nuevo proyecto, es muy común que ya hayan empezado la preparación o desarrollo del mismo sin haber tenido en cuenta tal aspecto. De hecho, en los proyectos con proyección online, no es que no haya un trabajo legal iniciado, sino que el trabajo dedicado a la parte técnica es probable que esté en un estado muy avanzado.

Por ello, cuando el cliente se encuentra en ese momento inicial del proyecto, los abogados saltamos con el automatismo de “ ….y hay algún contrato firmado?”.

Contrato de desarrollo de software a medida

La firma de un contrato de desarrollo web o de software supone un elemento esencial a la hora de iniciar un proyecto que requiere de los servicios de un tercero, permitiendo al cliente controlar y salvaguardar su proyecto.

Es recomendable que en líneas generales un contrato de desarrollo de software disponga de las siguientes cláusulas:

Definición de requerimientos funcionales y no funcionales del software

En el contrato se deberán especificar las diferentes finalidades del software y sus utilidades. A día de hoy existen múltiples funcionalidades a detallar y es más que probable que haya que estar alienados con el equipo informático de cara a que conozca nuestros objetivos. Este punto suele ser más complicado dado que implica trasladar al documento todas las características que tendría el software por lo que a veces hay que disponer de ejemplos gráficos del mercado para hacer ver al equipo una idea del objetivo.

Versión actual del software y su compatibilidad

La programación de un software suele tener un plazo de trabajo medio- largo que implica hacer un seguimiento por parte del cliente para analizar y revisar que el estado del avance está siguiendo sus instrucciones. Es importante establecer diferentes versiones de cara a comprobar y revisar sus posibles problemas.

Hitos del desarrollo en el primer año de vida

En desarrollo de web no es tan común, pero en el desarrollo de programas sí es necesario. Un proyecto implica un trabajo en el marketing, negocio, aspectos legales, plazos de salida etc…es decir todo va de la mano para poder tener todo listo el día del lanzamiento. Por ello, es necesario establecer hitos que permitan al cliente saber los plazos de las fases del desarrollo y con ello controlar el tiempo de avance para coordinar todo lo que rodea al proyecto. Es normal que existan pequeños retrasos en las entregas por lo que sería importante reflejar en el documento las posibles desviaciones en el cumplimiento de los hitos. Llegado el caso de que tales hitos no se cumplan, incumpliéndose también los tiempos adicionales, podría ser necesario incluir penalizaciones que afectasen a los pagos acordados. Por ejemplo, un descuento adicional en la factura del siguiente hito.

Sistemas de garantía

Aunque el desarrollo haya sido completado, siempre hay que tener en cuenta el periodo destinado a las pruebas y puesta en práctica en situaciones reales. Es casi seguro que en cualquier desarrollo informático saldrán problemas, incompatibilidades con programas de terceros o incidencias a tratar. Para ello, podemos diferenciar un servicio de garantía del software final que estaría destinado a establecer un plazo que permita al cliente solicitar el arreglo de posibles problemas. O también tener previsto un servicio de mantenimiento, probablemente incluido en un anexo al Contrato de desarrollo.

Además de lo anterior, es esencial dejar regulados los aspectos referidos al código del programa. La mayoría de los programas disponen de una parte extraída de bibliotecas de código que hacen más ágil su desarrollo, ello supone entender que hay diferentes partes del código que son comunes a otros programas (por su compatibilidad y universalidad) con lo que hay que tener en cuenta que el cliente será el propietario del código y tendrá su exclusividad, pero desde luego no será un código 100% original.

La explotación y propiedad deberá ser del cliente, prohibiéndose a los desarrolladores utilizar el mismo para proyectos de terceros (por lo menos en los aspectos originales).

En definitiva, el cliente debe saber que el equipo informático que desarrolle el software va a realizar un trabajo conforme a sus instrucciones y utilizará material gráfico afectado por derechos de propiedad intelectual y marcas del propio cliente, siendo todo ello propiedad del mismo, puesto que al final todo ello supone un contrato de prestación de servicios en donde el cliente orquesta todo el proceso.

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